Sandy Alomar, hijo, es un novato este año, no obstante haber jugado 20 temporadas consecutivas en las Grandes Ligas (1988-2007).
Por primera vez en su carrera, el ex receptor puertorriqueño de 41 años de edad es entrenador para un equipo de Grandes Ligas.
Este invierno, poco después de acogerse al retiro como jugador, los Mets lo nombraron como instructor de receptores.
"Me ha gustado mucho hasta el momento", declaró el nativo de Salinas a ESPNDeportes.com. "Si tú tienes experiencia en la pelota, el 'coacheo' te va a venir rápido. Yo creo que el sistema (de la organización) es lo que tienes que aprender".Uno de los compañeros de trabajo que más ayuda al nuevo entrenador a entender los dogmas de los Mets es su papá, Sandy Alomar, padre.
"Yo le voy a dar la experiencia mía que yo tengo como coach", dijo Alomar, padre. "Pero él es un hombre que ha estado aquí [en las Mayores] muchos años; él conoce. Lo que pasa es que él está entrando a un nuevo giro, como uno dice. Esperamos que él siga haciendo lo que él está haciendo ahora".
Alomar, padre, jugó 15 temporadas en las Mayores y ha sido técnico en las Grandes Ligas por 14 años.
No es la primera vez que los dos Alomares comparten un camerino. Cuando Alomar, hijo, hizo su debut como jugador en la gran carpa, con San Diego en el 1988, el papá era uno de los técnicos del equipo. Los dos también vistieron el mismo uniforme durante temporadas invernales en Puerto Rico.
"Es algo interesante. Me siento bien orgulloso de eso", comentó el Alomar, hijo, sobre la experiencia de trabajar con su padre. "Él me ha ayudado bastante".
Alomar, hijo, se ganó su nuevo puesto gracias a sus propias hazañas.
"El resume que tiene Sandy Alomar, hijo, es inmenso", declaró Tony Bernazard, uno de los vicepresidentes de los Mets. "Él ha sido superestrella, estrella, y un gran receptor".
Alomar, hijo, jugó en dos Series Mundiales y seis Juegos de Estrellas. En el Clásico de Verano del 1997, fue elegido como Jugador Más Valioso.
Alomar, hijo tiene sus miras más allá de ser un buen entrenador. Él quiere ser dirigente algún día.
"No tengo ningún apuro en cuanto a eso", confesó Alomar, hijo. "Solamente ponerme en la fila, de la manera correcta. No apurarme. No tratar de hacer las cosas forzadas, sino aprender el sistema. Cómo es que se bregan las cosas adentro en el béisbol, en las oficinas, y eso" mencionó el Novato del Año de la Liga Americana en el 1990.
Por ahora Alomar, hijo, está aprendiendo a ser un entrenador mientras teje su camino para, tal vez, convertirse en el primer dirigente puertorriqueño en las Grandes Ligas.
"Si él se prepara para ello, yo creo que él tiene buen chance", comentó Alomar, padre. "Él es un hombre que ha sido bien respetado por los compañeros de él y bien respetado por la gerencia& Con el respeto que él ha generado cuando estaba jugando y ahora como 'coach' pues tiene buenos chances para hacerlo".
PUBLICADO POR LENIN CANELA
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